Saturday, April 30, 2011

No suelo escribir poemas épicos, ni siquiera gozo con su lectura, pero con motivo de un trabajo que tuvimos que hacer en clase, escribí una historia sobre un noble caballero que se enamoraba de una princesa -era una adolescente, de ahí el tema banal-, y adjunté un poema. Y a raíz de aquel pequeño relato, surgieron estos versos:

¿Adónde vas, noble caballero?
Vuelvo a mi reino, niña mía
porque he dejado a la dama que quería
y yo sin su amor casi muero;

Y quién es ella, ¿una reina, quizás?
No es una reina ni una princesa
pero es muy bella, y su amor, nunca cesa
ni a la noche, ni por el día;

Yo os amo, noble caballero
y quiero que vos me queráis
porque en mi corazón yo llevo
deseo de que me améis;

Yo os amaría
sois tan bella como una flor
pero entonces de mi dolor
lentamente moriría;

Vuelve a tu reino, noble mío
nunca caerás en mi olvido
se feliz, caballero
no me olvides, que ya muero.


(9 de Mayo de 1996)

De 'Navega, Marinero' (1995-1996)



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