Monday, May 2, 2011

Me hieres en el centro más profundo,
pues conoces que el hombre no tolera
estar vivo sin más: como en un juego trágico
necesita apostar su vida en algo,
algo de que alza un ídolo, aunque con barro sea,
y antes que confesar su engaño quiere muerte.
Mi engaño era inocente, y a nadie arruinaba
excepto a mí, aunque a veces yo mismo lo veía.

Luís Cernuda, 'Noche del Hombre y su Demonio'.


Uno de los últimos libros que ha llegado a mis manos es una antología poética de Luís Cernuda. Hace poco, concretamente en febrero, tomé prestada una de la biblioteca, y fue tal el impacto que en mí produjeron algunos poemas, que decidí comprame una. Cernuda habla de la soledad como si estuviera hablando a través de mi, tal y cómo me gustaría hablar a mi de ella, con ua perfección y lucidez increíbles. No se mucho de este gran autor, pero en lo que respecta a esta tema, la soledad del poeta, y el recordar siempre la infancia, nos parecemos mucho. Claro que él es uno de los grandes poetas españoles del siglo pasado.

El fragmento del poema que he elegido, es el que me gustaría que abriese mi libro 'Nubes de Otoño', el que estoy actualmente escribiendo, pues de eso trata, de alzar a alguien a la categoría de ídolo, de basar tu vida en la búsqueda continua de alguien -o algo, ya sea un sentimiento o cualquier otra cosa-, que te ha marcado por su personalidad, alguien a quién gustarías de imitar, hasta tal punto de, a veces, olvidarte de cómo eres. Alguien con quién una amistad es algo imposible, y de cuya ilusión alimentas tus días.



Todas, todas tus palabras siempre guardo
para recordarlas en los momentos de tristeza
de este presente, que es ahora ya pasado
en esta vida mía, condenada a la soledad
que es mi destino como poeta;

Ya la luz es distinta hoy
comenzada ya la primavera
vago perdida, no se adónde voy
se deshace poco a poco el castillo de arena;

Castillo de arena, que cómo ilusión he construído
velozmente, aquellas tardes de otoño tempranas
como aquellas tardes doradas mirando los eucaliptos
más ya no queda nada, llegará pronto el verano
y con él, la autodestruccion de lo bueno vivido;

Se que te alejas cada vez más
conforme van pasando los días
mis ilusiones, ya a larga distancia
no las podré alcanzar
se que vivo de esta locura, locura, quizá alegría
alegría que en el tiempo se vuelve amarga;

¿Qué soy yo para ti?
¿Soy algo, si acaso alguien?
¿Soy tu alegría de vivir?
Sin embargo, tú para mi, sí
aunque ahora, alegría menguante;

Somos polos opuestos
tú, energía y vitalidad
yo, aflicción y soledad
tú, luz, yo, cielo negro
un constante quiero y no puedo
nada hay que te pueda ofrecer
más que una amistad duradera
y versos, mil versos le dedico a tu extraordinaria
forma de ser
yo no soy nada más que poeta.



(28 de Marzo de 2011)



De 'Nubes de Otoño' (2010-)



No comments:

Post a Comment